La propuesta planteaba el desarrollo del edificio sede de una empresa petrolera en la ciudad de Barcelona, Estado Anzoátegui, sobre una parcela de 45.000 metros cuadrados, dentro de la cual se debían incorporar además de las oficinas, áreas deportivas, esparcimiento, y estacionamiento. El concurso aspiraba la producción de una edificación sustentable, consciente del clima del lugar, capaz de aprovecharse de la iluminación y ventilación natural para minimizar el consumo de energía y garantizar un ambiente propio del trópico.

El proyecto se concebía como un oasis en el austero paisaje del entorno industrial circundante, para lo cual se pretendía crear un parque corporativo capaz de establecer cualidades espaciales diversas, tales como parques, plazas, patios, garantes de un microclima apropiado para el trabajo. En ese sentido el edificio actúa como una mega-estructura horizontal, de carácter introvertido, de naturaleza flexible, en el cual se garantice el derecho al suelo y al cielo en cada una de las dependencias internas. Para ello se producen una serie de patios de escalas y carácter diverso, los cuales sirven para incorporar iluminación natural indirecta, fuentes de aire, y núcleos de identidad empresarial.