El proyecto se ha concebido como un jardín para las artes en el cual se garantiza el confort de un espacio interior pero como si fuera uno de carácter exterior capaz de integrarse al parque en el que se ubica. Es a su vez una estructura hibrida en la que se recrean valores propios de la tradición arquitectónica y cultural de Lima con aspectos específicos de la sociedad contemporánea actual. Para ello la estructura soterrada propuesta se constituye en un espacio amplio de naturaleza semi-industrial y que reproduce aspectos de la cultura arquitectónica tradicional con el manejo de la tectónica de sus muros. Ambos se integran a través del manejo de la luz la cual se incorpora desde la plaza pública hacia el interior de la nueva ala del museo.

El espacio interior pretende ser de naturaleza amplia y flexible para la diversidad de formatos y enfoques del arte contemporáneo actual. Es por ello que el espacio se ha concebido como un suerte de nave industrial en la que los muros perimetrales recrean la noción de jardín y una serie de estructuras metálicas a modo de pórticos permiten la disposición de cajas flotantes que contienen las diversas salas expositivas. Estas salas expositivas son de naturaleza flexible y carácter cambiante a partir del hecho de que sus cerramientos pueden variar en posición y condición según los requerimientos de las piezas a exhibir.