La casa intervenida fue originalmente diseñada hacia los años 50 con una clara referencia a la tendencia populista que combinaba aspectos propios de la arquitectura moderna de la época con elementos propios de la arquitectura tradicional venezolana. El proyecto entonces debía, por una parte adecuar la casa original en la residencia de un embajador con requisitos programático y formales propios. En ese sentido se duplica el área de construcción al desarrollar cinco estructura anexas que resuelven el acceso peatonal, el garaje cubierto y caseta de vigilancia, la suite de huéspedes, una expansión para el área de comedor y cocina, y el salón formal conjuntamente con la suite del embajador. En virtud de la consolidación de la imagen fragmentada de la casa, se recurre a expresiones formales propias para estas cinco piezas, las cuales se traducen en arquitecturas anónimas, cuyas cubiertas sirven como terrazas, y se vinculan con las estructuras existentes a través de los muros de mampostería blancos propios de la arquitectura tradicional venezolana. Se refuerzan además otros temas propios de la misma como el espesor del plano de fachada para resolver los requisitos asociados a diversos sistemas de cerramiento, para proteger de la lluvia y el sol y además garantizar la seguridad.